
El McLaren MP4-12C fue el coche que reavivó el legado de los coches de carretera de McLaren, el primero en salir de Woking desde el intocable F1, y la chispa que lanzó la era moderna de la marca. El 12C, una fusión del intelecto de la Fórmula 1 y la ambición de los coches de calle, debutó con un monocasco de fibra de carbono tan ligero y rígido que hacía que sus rivales parecieran medievales, y un V8 biturbo de 3,8 litros que entregaba más de 600 CV con la precisión de un bisturí. El resultado fue un coche que no sólo perseguía las prestaciones, sino que las definía, trazando las curvas con una calma espeluznante y lanzándose hacia delante con la ferocidad clínica que sólo los ingenieros de McLaren podían soñar.
Sin embargo, a pesar de su brillantez técnica, el MP4-12C era más que una declaración de ingeniería: era el renacimiento de una filosofía. Las puertas de mariposa devolvieron a McLaren al centro de atención de los supercoches, abriéndose a un habitáculo minimalista que cambiaba la ostentación por la concentración. La suspensión activa sustituyó a las barras estabilizadoras, la dirección de frenado afiló cada vértice y el lenguaje de diseño del coche se convirtió en el modelo de todo lo que McLaren construiría después. Fresco, cerebral y devastadoramente rápido, el 12C no fue sólo un regreso: fue el momento en que McLaren demostró que el futuro del superdeportivo se escribiría en fibra de carbono.
But not...
El McLaren MP4-12C fue el coche que reavivó el legado de los coches de carretera de McLaren, el primero en salir de Woking desde el intocable F1, y la chispa que lanzó la era moderna de la marca. El 12C, una fusión del intelecto de la Fórmula 1 y la ambición de los coches de calle, debutó con un monocasco de fibra de carbono tan ligero y rígido que hacía que sus rivales parecieran medievales, y un V8 biturbo de 3,8 litros que entregaba más de 600 CV con la precisión de un bisturí. El resultado fue un coche que no sólo perseguía las prestaciones, sino que las definía, trazando las curvas con una calma espeluznante y lanzándose hacia delante con la ferocidad clínica que sólo los ingenieros de McLaren podían soñar.
Sin embargo, a pesar de su brillantez técnica, el MP4-12C era más que una declaración de ingeniería: era el renacimiento de una filosofía. Las puertas de mariposa devolvieron a McLaren al centro de atención de los supercoches, abriéndose a un habitáculo minimalista que cambiaba la ostentación por la concentración. La suspensión activa sustituyó a las barras estabilizadoras, la dirección de frenado afiló cada vértice y el lenguaje de diseño del coche se convirtió en el modelo de todo lo que McLaren construiría después. Fresco, cerebral y devastadoramente rápido, el 12C no fue sólo un regreso: fue el momento en que McLaren demostró que el futuro del superdeportivo se escribiría en fibra de carbono.
Pero no se trata simplemente de un 12c, sino de la versión con volante a la derecha, con una plataforma mejorada para un mayor agarre, que se siente como en casa tanto en Suzuka como en el C1. Con una lista de especificaciones cuidadosamente seleccionada y basada en coches de consumo reales, ahora es el momento de sentirse vivo.
Créditos:
Textura de neumáticos - Phani
Especificaciones:
Michelin Pilot Sport 4 S 235-305
Pastillas de freno Pagid RS29
Kit de bujes y brazos superiores e inferiores de recambio