
a segunda generación del Renault Megane, que apareció en 2002, fue elogiada por su estilo único, con su luneta trasera vertical y el abombado panel del portón trasero, alejándose del típico estilo de 2 cajas común en los utilitarios FF. Renault suele crear atractivos modelos deportivos en su gama de modelos de producción, y esta segunda generación del Megane no es una excepción. Este fue el Megane Renault Sport añadido en el Salón del Automóvil de Frankfurt en 2003.
El motor puesto a punto por Renault Sport, la división de deportes de motor de Renault, produce 221 CV, con un par máximo de 30,6 kgfm de su turbo DOHC de 4 cilindros en línea, combinado con una MT de 6 velocidades. Es muy rápido al arrancar, acelera de 0 a 122 km/h en 6,5 segundos y de 0 a 3280,8 pies en 26,7 segundos, gracias a un motor que sigue produciendo 90% de su par máximo en una amplia banda de potencia, de 2.000 rpm a 6.000 rpm. Esto permite una conducción muy fácil y un cambio perezoso, casi como si condujera un automático.
La suspensión, aunque endurecida, sigue manteniendo su suave flexibilidad característica de un Renault, y los frenos están reforzados con pinzas de 4 pistones y discos ventilados delante. Estas especificaciones hacen que el coche esté listo...
a segunda generación del Renault Megane, que apareció en 2002, fue elogiada por su estilo único, con su luneta trasera vertical y el abombado panel del portón trasero, alejándose del típico estilo de 2 cajas común en los utilitarios FF. Renault suele crear atractivos modelos deportivos en su gama de modelos de producción, y esta segunda generación del Megane no es una excepción. Este fue el Megane Renault Sport añadido en el Salón del Automóvil de Frankfurt en 2003.
El motor puesto a punto por Renault Sport, la división de deportes de motor de Renault, produce 221 CV, con un par máximo de 30,6 kgfm de su turbo DOHC de 4 cilindros en línea, combinado con una MT de 6 velocidades. Es muy rápido al arrancar, acelera de 0 a 122 km/h en 6,5 segundos y de 0 a 3280,8 pies en 26,7 segundos, gracias a un motor que sigue produciendo 90% de su par máximo en una amplia banda de potencia, de 2.000 rpm a 6.000 rpm. Esto permite una conducción muy fácil y un cambio perezoso, casi como si condujera un automático.
La suspensión, aunque endurecida, sigue manteniendo su suave flexibilidad característica de un Renault, y los frenos están reforzados con pinzas de 4 pistones y discos ventilados delante. Estas especificaciones hacen que el coche esté listo para ser llevado inmediatamente al circuito.
Al estar basado en el Megane, un modelo adecuado para un uso familiar, está disponible no sólo en 3 puertas, sino también en 5 puertas, y no hay cambios exteriores salvajes. Pero eso sólo lo hace aún más un durmiente, un lobo con piel de cordero. Es un modelo deportivo para el adulto maduro.